Rellenos faciales
¿Qué son los rellenos faciales?
Los rellenos faciales son tratamientos inyectables con soluciones biocompatibles que pueden inyectarse en cualquier zona de la piel para aumentar el volumen.
Con este tipo de procedimiento se rellenan las arrugas y cualquier pliegue de la piel fruto del proceso de envejecimiento.
Con el paso del tiempo la piel pierde elasticidad y volumen especialmente en la zona de las mejillas y la frente. El resultado es una piel descolgada con arrugas, pliegues y en general una apariencia algo demacrada.
Gracias a los rellenos se puede restaurar la apariencia juvenil del rostro. Existen varios tipos de rellenos inyectables e incluso diversas marcas.
Pero será el cirujano plástico el que tras varias consultas estime cuál es la gama más apropiada para cada paciente.
Cada relleno tiene sus propios beneficios y usos, y satisface diversas necesidades.
Tipos de rellenos faciales
● El Juvederm es uno de los inyectables de gel más populares por su consistencia suave. Es un derivado del ácido hialurónico, una proteína natural que el propio organismo produce por lo que es perfectamente biocompatible y biodegradable. Este es muy eficaz para disminuir la aparición de arrugas y surcos de varias profundidades y también para aumentar el volumen de los labios, además contiene lidocaína por lo que el paciente no sentirá ninguna molestia.
● El Restylane es un relleno de ácido hialurónico que ayuda a luchar contra el envejecimiento de la piel suavizando las arrugas y los pliegues. Muchas veces se utiliza para mejorar la forma del labio y el contorno del rostro. Es una opción muy popular porque conlleva un bajo riesgo de reacción alérgica.
● El Radiesse es una de las alternativas más prestigiosas de rellenos dérmicos. Se trata de una sustancia compuesta por micropartículas de hidroxiapatita de calcio suspendidas en un gel acuoso que reducirá la aparición de la mayoría de las arrugas, pliegues y cicatrices.
Funciona aumentando el propio suministro de colágeno del cuerpo, mejorando la flexibilidad y el aspecto de la piel. Se usa para tratar arrugas y pliegues profundos y también para el aumento de mejillas. Es uno de los rellenos faciales más duraderos que existen en la actualidad y tiene una escasa probabilidad de reacción alérgica.
¿Quiénes pueden practicarse el procedimiento?
Este procedimiento pueden realizárselo hombres y mujeres de cualquier edad que quieran restaurar el volumen y la elasticidad de su piel mediante tratamientos no quirúrgicos.
El paso de los años va haciendo estragos en nuestra piel y van apareciendo arrugas. Los rellenos faciales restauran la piel desde el interior recuperando el volumen y la luminosidad perdidas.
¿Qué resultados puedo esperar?
Los resultados tras la aplicación de los rellenos faciales son visibles al instante. Aunque habrá que esperar unas semanas para ver el resultado completo y definitivo, se notará una mejoría inmediata.
Estos son duraderos aunque no permanentes, pero esto no es una desventaja pues por lo fácil y asequible del tratamiento puede ser retomado en cualquier momento.
Rellenos faciales | Proceso de consulta
En la consulta el médico le explicará cómo es el procedimiento y las consideraciones a tener en cuenta.
Cada caso requiere la atención personalizada de un profesional ya que todas las personas tienen necesidades diferentes.
El médico le indicará aquellas zonas donde aplicará el tratamiento así como los posibles resultados.
Rellenos faciales | Técnica y protocolo
La técnica para aplicar este tratamiento consiste en la aplicación directa del producto, mediante Microinyecciones, en la zona que se quiere rellenar.
Este tratamiento localizado permite que el componente se quede justo donde debe para rellenar la piel que se ha arrugado.
El procedimiento dura unos treinta minutos y no es doloroso, aunque se puede aplicar una crema anestésica en caso de que el paciente sea muy susceptible al dolor.
Rellenos faciales | Recuperación y cuidados
La aplicación de rellenos faciales no requiere cuidados especiales por lo que después del tratamiento el paciente puede volver a sus actividades diarias. Durante los primeros dos días el paciente puede experimentar molestias leves tales como rojeces o inflamación en la zona tratada.
Pasado ese tiempo, el paciente observará los resultados del tratamiento y no tendrá molestia alguna. El tratamiento dura un año aproximadamente, aunque se recomienda una sesión de retoque cada seis meses. Si el paciente decide no volver a realizarse el tratamiento no tendrá ningún problema ya que el cuerpo es perfectamente capaz de degradar dichas sustancias.