Las venas tienen la vital función de transportar la sangre a través de todo el cuerpo. Sin embargo, cuando sus paredes se debilitan o las válvulas que regulan el flujo sanguíneo no funcionan correctamente, pueden generarse acumulaciones de sangre que provocan la dilatación de las venas, dando lugar a las temidas várices o venas varicosas.
Las venas varicosas se presentan como venas dilatadas y retorcidas, a menudo con un color morado o azul oscuro. Los especialistas señalan que cualquier vena superficial puede volverse varicosa, aunque suelen aparecer con mayor frecuencia en las piernas, ya que la postura erguida y la acción de caminar aumentan la presión en las venas inferiores del cuerpo. Aunque son más comunes en las piernas, también pueden formarse en otras áreas, como la cara.
Con el paso del tiempo, el riesgo de desarrollar várices aumenta, ya que el envejecimiento provoca un desgaste de las válvulas que regulan el flujo sanguíneo. Además, las mujeres tienen una mayor predisposición debido a las fluctuaciones hormonales durante el embarazo, la menstruación o la menopausia.
Si bien en algunos casos las várices son solo un problema estético, en otros pueden causar molestias como ardor, picazón e incomodidad, lo que lleva a muchos pacientes a buscar atención médica. El tratamiento puede incluir medidas de autocuidado o intervenciones médicas para cerrar o eliminar las venas afectadas.
Existen diversas opciones para tratar las venas varicosas, que van desde remedios naturales y fármacos hasta procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, uno de los tratamientos más efectivos y recomendados por los especialistas es la Escleroterapia, un procedimiento ampliamente utilizado en la clínica My Cosmetic Surgery , con resultados sobresalientes.
La Escleroterapia consiste en inyectar una solución salina o química en las venas varicosas, lo que provoca que estas se endurezcan y desaparezcan de forma gradual. Este tratamiento elimina las várices de manera permanente, aunque no aborda los factores subyacentes que las causan.
La Escleroterapia es adecuada para la mayoría de los pacientes que padecen várices, aunque está contraindicada en personas que estén embarazadas o planeen estarlo, aquellas con afecciones en la piel de la zona a tratar, o quienes estén tomando ciertos medicamentos.